A Desesperación
Fernández le quita el sueño que los funcionarios de aduanas
mexicanos le pidan demasiados papeles y explicaciones, se pongan
cabrones y la facturen de vuelta a su ciudad, que es Bilbao.
A Desesperación
Fernández le alarman el dengue y el Chikungunya, otra enfermedad
vírica presente en Guatemala, según el MAEC.
Desesperación Fernández
permanece atenta a la evolución de Vance y duda si este año la temporada de huracanes en el Caribe se
alargará más de lo normal.
Desesperación Fernández
echa cálculos y se estresa por si se lía en el Charles de Gaulle y
pierde el vuelo internacional, un miedo que la invade cada vez que
pisa un aeropuerto.
A Desesperación
Fernández, como viajera solitaria e independiente, le aterra verse
envuelta en secuestros exprés, atracos, asaltos en carretera,
agresiones sexuales y cualquier otra manifestación de violencia
fruto de la desigualdad social y el machismo.
A Desesperación
Fernández le preocupa que alguna de las cinco placas tectónicas que según parece interactúan en México le de por ponerse bailonga
y se le caiga algún techo encima.
A Desesperación
Fernández estos días le cuesta mantenerse en el presente y, como
dice Txema, disfrutar de la preparación como parte del viaje que
está a punto de emprender.
Desesperación Fernández
suspira y se pregunta cómo les irá a sus plantas en su ausencia y
si encontrará arreglada la humedad que ha salido en el pasillo y que
se extiende sin piedad por la pared.
Feliciana Regaliz se va
un mes a México invitada por Ciudadanía 2.0 y planea aprovechar
para visitar a Miri en Quetzaltenango, Guatemala. Procurará contar
por aquí sus aventuras pero, entre tanto... le toca lidiar con
Desesperación Fernández!!!
Este es un mensaje de tranquilidad para Desesperación Fernandez. Le aconsejo que se tome unas Píldoras Felicianas (todos los días una al levantarse); que no mire atrás sino adelante, siempre adelante; que esté segura que ella es más fuerte que los huracanes; y que si pierde un avión siempre hay algún otro a cualquier lugar de la Tierra en la pista de despegue. Y de las plantas, que no se preocupe, siempre habrá alguien dispuesto a mimarlas como se merecen.
ResponderEliminarTe agradezco los consejos, amigo Anónimo, porque estos días me estoy haciendo chiquita, me come el terreno Desesperación! ;)
Eliminar¡Agrándese chava, no se me arredre, los miedos desaparecen por el camino y no importan ni las placas tectónicas ni los huracanes!
EliminarNo hay desespero que Feliciana no arregle, y en el df el tequila "los suicidas" amansa a la placas.
ResponderEliminarSuena bien eso de "los suicidas", lo tengo que investigar... ¿servira tambien como remedio para el jet lag?
Eliminarel tequila que bebían en http://es.wikipedia.org/wiki/Los_detectives_salvajes
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