Manifiesto Feliciano (Beta)

Feliciana Regaliz sueña con tener una casita con jardín y cultivar sus propios tomates, pero cuida sin amargura las plantas de su balcón.

Feliciana reservaba los perfumes caros para las grandes ocasiones, pero se ha propuesto hacer gran ocasión de cada día y ahora siempre huele a glamour.

Feliciana Regaliz sufre despiste crónico, pero un día descubrió que tiene una brújula dentro que a veces le da pistas de por dónde tirar.

A Feliciana Regaliz le gustan las buenas historias, reales o inventadas, aunque prefiere que le digan desde el comienzo qué tipo va a escuchar.

Feliciana Regaliz cree firmemente en la teoría del mal, pero apaga el telediario y sale a la calle, y también encuentra generosidad y belleza y eso le produce una profunda emoción.

Feliciana Regaliz aprendió a respetar su propia parsimonia y descubrió a Sufjan Stevens en 2009 y a Junip en 2013. Y aunque disfruta la música casi más que cualquier otra cosa, no le preocupa enterarse tarde de las novedades, porque sabe que lo bueno sigue estando ahí aunque ya no sea novedad.

Feliciana Regaliz prefiere la verdura fresca, libre de pesticidas y cultivada cerca de su ciudad. Pero también los osos de goma y las piruletas de cereza, y de vez en cuando se pega un buen atracón.

Feliciana se desespera, se equivoca, lidia con sus contradicciones, a veces peca por exceso y otras por defecto... y sigue aprendiendo a confiar en sí misma y a dejar (y dejarse) ir. Pero sigue admirándose de las cosas hermosas, grandes y pequeñas, que la vida pone a su alcance. Y ha decidido empezar a contarlas contárselas.