Cada año más o menos a estas alturas en la ciudad de Feliciana, que es Bilbao, el frío corta como un cuchillo y si una se descuida se desliza bajo la piel y se instala en los huesos hasta marzo... eso siendo optimistas. Cuando esto pasa, al menos en lo musical, Feliciana se va a los trópicos y suele hacer parada en A bossa negra, disco ya mítico en su repertorio que le calienta el espíritu y le hace arrancarse a cantar y a mover las caderas a ritmo carioca... con mayor o menor acierto, que eso es lo de menos.
domingo, 8 de febrero de 2015
sábado, 24 de enero de 2015
Aprendiendo a amar a Indignación y Furibunda
Standard
La niña Feliciana, como
otras niñas grandes y pequeñas por desgracia, aprendió que estaba
muy bien ser Feliciana. Que debía aspirar incansablemente a ser Mari
Perfección. Pero que cuidado con dejar asormar a Indignación... y
mucho menos a su hermana Furibunda. Para entendernos: que las niñas
buenas nunca se enfadan. Y que siempre pueden ser un poco más
buenas, aunque esa es una historia aparte.
Indignación y Furibunda,
que son las hermanas de las que hablaremos hoy, son gemelas y suelen ir de
la mano. Cuando a la primera no la dejan expresarse como debiera y la
obligan por demasiado tiempo entonces la segunda sale en su defensa.
Siempre. Inevitablemente. Y lo hace de una manera enérgica, poco
medida y en ocasiones cruel que llena de disgusto a la otra cara de
la moneda, la que habitan Mari Perfección y Desesperación Fernández.
Indignación es liviana y
sensible. Nota en el cuerpo agresiones e injusticias, por más que
vayan disfrazadas de normalidad. Y cuando las siente protesta, pone
límites, se aleja, busca apoyos, traduce su rabia en palabras o llora, que tampoco es mala solución y además sienta genial. A veces se equivoca y le toca pedir disculpas, no vamos a negarlo. Pero qué vamos a hacer, somos humanos... y para ser justos Indignación acierta más de lo que se equivoca, así que no merece tan poca confianza.
Furibunda en cambio es como la
Hulka que encabeza el post. Con menos pecho y mucho menos músculo,
vale, pero con el mismo tono verde de la rabia contenida. Y con la
misma fuerza, la de quien se harta, se planta y no deja que pasen por encima de
sus derechos, sus deseos, sus sentimientos y sus opiniones. Bien
vista tampoco está tan mal Furibunda. Seguro que también tendría sus propios momentos, si no tuviera que andar todo el día salvándole la cara a su hermana.
Ya asentada y organizando
sus sentimientos respecto a México, un país que también aprende a decir #yamecanse, a Feliciana le pica todo el cuerpo y
sabe que es porque en las últimas semanas no ha sido del
todo respetuosa con este par de hermanas. Y se siente triste y
disgustada, no porque otros le nieguen a Indignación y Furibunda,
sino porque de vez en cuando aun se sorprende a sí misma negándoselas. Poco a poco, Feliciana.
jueves, 8 de enero de 2015
Fregonaterapia
Standard
Atrás su experiencia mexicana, de la que espera sacar alguna píldora nueva, y atrás
también los encuentros y desencuentros que cada año le trae la
Navidad, Feliciana revisita su guarida digital para releer los
últimos posts, añadir links donde echa en
falta explicaciones más extensas, corregir algunos pequeños fallos
de estilo y añadir las imágenes que la tableta se negaba a cargar.
sábado, 20 de diciembre de 2014
Cascadas de El Chiflón
Standard
"En Kingston dijimos adiós a nuestro gigantesco alojamiento. Las personalidades de primera plana aún debían permanecer veintiún días en él. No envidié demasiado su económica elegancia. La costosa ordinariez de viajar por cuenta propia tiene sus compensaciones" La cita corresponde al momento en el que Aldous Huxley, novelista brillante y viajero incansable, abandona hastiado el confortable crucero que lo ha llevado hasta Jamaica e inicia un envidiable viaje por Venezuela, Panamá, Guatemala y México. Su aventura quedó plasmada en Más allá del Golfo de México, libro que Txema localizó en alguna almoneda -se pone misterioso cuando se le pregunta al respecto- y le regaló a Feliciana antes de su aventura mexicana.
Feliciana lo piensa y no le parece que los tours modernos, con sus vagas explicaciones históricas, sus estalactitas que recuerdan a la Virgen -sieeempre hay estalactitas que recuerdan a la Virgen, o a un pirata, o a una botella de champán...- y sus correctas conversaciones con los compañeros del día -unas mas interesantes que otras, aclara Feliciana- sean muy diferentes al "horror burgués" que vivió Huxley en su camino al Caribe.
Pero al igual que al parecer ocurría en 1934,, viajar en grupo sigue siendo más barato, más cómodo y en según qué circunstancias más seguro que hacerlo por cuenta propia. Así que de vez en cuando Feliciana deja las carreteras secundarias y los piratas, tan coloridos como imprevisibles e impuntuales, y se apunta a un tour. Como el del otro día, a las hermosísimas lagunas de Montebello, cerca de la frontera con Guatemala, con parada en las cascadas de El Chiflón.
Lo que parecía un alto en el largo camino a los lagos acabó seduciendo a Feliciana, tanto por su agradable clima -todo un oasis entre el frío serrano de San Cristóbal de las Casas y el de Montebello- como por su arrebatadora belleza. Ubicado a 41 km. de la ciudad virreinal de Comitán, el sistema de cascadas de El Chiflón oculta entre montañas un auténtico tesoro de aguas de un increíble azul transparente -las del río San Vicente- y un exhuberante bosque tropical.
A lo largo de los 1,3 km. de recorrido ascendente, Feliciana fue enamorándose cada 20 metros con el encantador sonido de las cascadas de El Suspiro, Ala de Ángel, Arcoiris y Quinceañera y sus inevitables remansos y estanques, en los que revolotean mariposas y se encuentran orquídeas de caprichosos colores... ¡En serio!¡Como en una maldita película de Disney! Todo ello hasta alcanzar la gran sorpresa final: los 70 metros de la impresionante catarata Velo de Novia, cuya estruendosa caída produce una niebla fina que alivia del calor y del esfuerzo de la subida.
En el paseo de vuelta, el calor se sentía más intenso y el agua si cabe más limpia y apetecible. Aunque el baño no estaba programado en la visita -sí las paradas para beber cerveza o tirarse en tirolina, es lo que tienen los tours- una pareja disfrutando del frescor de las aguas en un estanque increiblemente bello inspiraron a Feliciana, que ni siquiera había metido el bikini en la bolsa del día.
-¿Pero está permitido bañarse?- pregunta tímidamente Feliciana, que a veces parece nueva. Y ante la respuesta obvia -a quién le importa- se deshace de parte de su ropa -no tanta como le gustaría- y se sumerge en esas aguas de cuento de hadas. De vuelta en el autobús, con la ropa aún medio húmeda y el pelo revuelto, la cara de sus compañeros es todo un poema.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Caminito de Chiapas
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Atrás la región de Los Tuxtlas, donde conoció a la familia Alcaraz, Feliciana pone rumbo a Chiapas con parada relámpago en Coatzacoalcos, donde comparte unas papas al horno y una cálida conversación con Karla.
viernes, 12 de diciembre de 2014
Protesta de los trabajadores de zafra en Lerdo de Tejada, Veracruz
StandardEn Veracruz, el que es el estado mas peligroso para el ejercicio de la prensa en México, a su vez uno de los países de mayor riesgo a nivel mundial -no lo dice Feliciana sino el Relator Especial de las Naciones Unidas- todo esto significa por ejemplo que los camiones y autobuses se amontonen en Lerdo de Tejada. Porque apenas se está informando de las protestas de los empleados y ex-empleados del Ingenio San Francisco El Naranjal, que a estas horas cortan la carretera federal 180 Matamoros – Puerto Juárez, manteniendo prácticamente incomunicado el sur del estado. Y ya van cuatro días así.
Y cuando esto pasa quien lo tiene difícil es Doña Miriam, que debe volverse a Veracruz con sus mariscos en el autobús, y pagarse cena y hotel... ¡y mañana quién sabe!
Quien lo tiene difícil es Daniel, que iba a auditar a San Andrés Tuxtla y le toca hacer noche en Alvarado y volverse al día siguiente porque la carretera sigue cortada... bueno al menos ahí sí hay quien gana ;)
Quien lo tiene difícil es Doña Consuelo, que a sus setenta y tantos comparte cuarto con Feliciana a la espera de que se haga de día. Y tiene que pagarse un taxi hasta el piquete... y atravesarlo, caminando un par de kilómetros entre camiones y autobuses con su rodilla artrítica. Todo para llegar donde lograron dejar el coche su sobrina Ana y el marido, Pepe.
Feliciana lleva años leyendo y pensando sobre el fin de los medios tradicionales y el comienzo de una nueva era, la del periodismo ciudadano. Pero, ya en Catemaco, el destino que le tomó más de 24 horas alcanzar, rastrea Google y Twitter y sólo se encuentra alguna noticia-escueta- en los medios convencionales. Fuera de eso, lo ha vivido en carne propia, todo se vuelve rumor y confusión.
martes, 2 de diciembre de 2014
Viva México querido... y herido
Standard
La frase la dijo un compañero en el que fue el sexto día del Laboratorio
Iberoamericano de Innovación Ciudadana (vamos ya por el noveno, comenzó
la cuenta atrás) para zanjar una situación que, aunque intrascendente
teniendo en cuenta el contexto, a Feliciana (y por veces a Desesperación, y a Furibunda, otra hermana que aún está por salir) le sigue pesando en el cuerpo y en el corazón.
Rodeados de guardias de seguridad, uniformados y sin uniforme, el
viernes los cerca de cien promotores, colaboradores y organizadores
implicados en el evento tuvieron que enfrentarse con la directora de la Biblioteca Digital Telmex, el centro que ha estado brindando el espacio y el apoyo técnico durante todos estos días, para debatir una cuestión
que afecta de raíz a la propia presencia del grupo en la ciudad de
Veracruz: la libertad de expresión y la posibilidad de que uno mismo, el
vecino o aquel de quien no se conoce ni el rostro –y con quien no se
tiene que estar de acuerdo, por cierto– puedan ejercer su libertad de
expresión.
El escenario lo había elegido el grupo con cuidado unas horas antes,
reunido en asamblea en el comedor del hotel donde se aloja. Tenía que
ser fuera de las instalaciones de Telmex, un lugar donde de repente
parecían no ser bien recibidos, sentados en el suelo para no intimidar
por su número –acordaron no elegir representantes porque todos querían
estar presentes y tener voz– y en una especie de anfiteatro griego o
romano que, pese a ubicarse en un centro comercial de las afueras, un
lugar en el que la única luz es la de neón, parecía conservar el sentido
original de lugar para el encuentro y la comunicación. La guardia
privada y la falta de diálogo –que no de palabras suaves– diluyó un poco
estas buenas intenciones iniciales. Y le dejó a Feliciana –que se pasa
con el felicianismo hasta cuando lo rebaja a su mínima expresión, vaya bofetada de realidad – un mal cuerpo que no logra quitarse de encima.
Horas antes, en el desayuno, Feliciana y sus compas conocían que la
dirección del centro se había sentido molesta por los carteles colgados
por algunos de los participantes en el Labic. Carteles referentes a la
mundialmente conocida desaparición de 43 jóvenes estudiantes del Estado
de Guerrero y la movilización posterior contra la impunidad de este tipo
de crímenes a lo largo y ancho del país.
Por poner un poco en situación, la Biblioteca Digital Telmex, vinculada
al grupo de telecomunicaciones Telmex, está ubicada en el centro
comercial "Plaza" Nuevo Veracruz y es "un centro de conocimiento e
innovación educativa" que ofrece acceso gratuito a Internet y equipos a grupos de escolares y a la población en general. Hasta donde ha podido
ver Feliciana, es un lugar bastante estricto en cuanto a su funcionamiento donde no está permitido tomar fotos, ni colgar carteles,
ni comer o beber salvo en determinados espacios... espacios que no
invitan al encuentro o el diálogo, según el sentir de Feliciana.
Diariamente todos los participantes en el Labic deben escanear varias veces sus identificaciones y equipos (como ha dicho algún compañero irónicamente "para no robarnos a nosotros mismos"), si bien algunas de estas normas se han relajado durante la estancia del grupo, incluyendo la de tomar fotos y la de fijar carteles en las cristaleras del centro.
Diariamente todos los participantes en el Labic deben escanear varias veces sus identificaciones y equipos (como ha dicho algún compañero irónicamente "para no robarnos a nosotros mismos"), si bien algunas de estas normas se han relajado durante la estancia del grupo, incluyendo la de tomar fotos y la de fijar carteles en las cristaleras del centro.
Poco a poco, promotores y colaboradores han ido cubriendo los muros que
los separan de las "calles" del centro comercial –dando intimidad, según
considera Feliciana– con un collage colorido que incluye los planes de
trabajo para los siguientes días, las ideas que van surgiendo, los
esquemas de cada proyecto y las diferentes invitaciones a la
participación de otrXs compañerXs.
Nada de esto molestó el domingo. Tampoco el lunes. Ni el martes o el
miércoles. Hasta que el jueves a alguien se le ocurrió colgar el cartel
que encabeza este post y con esa frase tan bonita, "quisieron
enterrarnos pero no sabían que éramos semillas" pasó algo que a
Feliciana la emociona profundamente, y es que otros también usaron el
espacio para expresar su inquietud por el tema y añadieron a esa crítica
poética una noticia tomada del periódico y un número 43 escrito con
rotulador en un folio.
Y con ese número 43 prendió la mecha. Entonces se retiraron de las cristaleras todos los planes de trabajo para los siguientes días. Todas las ideas que iban surgiendo. Todos los esquemas. Todas las invitaciones a la participación de otrXs compañerXs.
Al parecer surgió la preocupación por que las fotos de aquello se subieran a las redes sociales. Se hicieron llamadas a instancias superiores. Y por un momento pareció estar en cuestión la permanencia del grupo en el centro. Y, por un momento también, pareció estar en cuestión el interés del propio grupo por permanecer en un lugar que no tolera ni la demanda más básica, que es el derecho a la vida y a que se persiga a quienes atentan contra ella.
Tras largas horas de asamblea, en la que quien quiso expresó su opinión,
se acordó una reunión con la persona responsable de hacer una montaña
de apenas un par de folios escritos a mano. Además de buscar la
horizontalidad, se acordó pedir una explicación por lo sucedido y unas
disculpas por haber manipulado sin consentimiento los trabajos
expuestos. Y también, entendiendo que quien toma este tipo de decisiones
no siempre lo hace en conciencia sino por presiones o por miedo, la
idea de elaborar un documento en el que se eximiera de responsabilidad
al centro por las opiniones expresadas.
Cuatro días más tarde, Feliciana cree que no se ha entregado tal
documento. Las disculpas en cambio sí se obtuvieron, ese mismo día, pero
sin el sentir ni el compromiso que hubieran esperado los miembros del
grupo. Como explicación obtuvieron algo así como que las cristaleras no
eran el lugar indicado para manifestar opiniones políticas. Que la
biblioteca es una empresa de Responsabilidad Social Corporativa – un
post aparte quizás merecería este punto– y que como tal no puede
vincularse con opiniones políticas. ¡Ah! Y que el grupo era bienvenido a
expresar sus opiniones – ¡por favor! – siempre que fuera en otro tipo
de soportes.
A Feliciana, y a otras personas acostumbradas a vivir con un poco más de libertad, se les han ocurrido mil formas de darle la vuelta a una excusa tan infantil y volver el asunto en contra de quien lo provocó. Pero ni Feliciana ni esas personas viven en México, un país en el que 88 periodistas han sido asesinados y otros 18 han desaparecido entre el año 2000 y finales de 2013 según Reporteros sin Fronteras... parece que algunos de ellos en Veracruz.
Las personas que sí tienen que vivir en ese país luego, con unas
cervezas y escuchando los lindísimos sones jarochos en el malecón , se sinceraron con Feliciana y le contaron cómo se les rompe el
alma casi a diario con la violencia que sacude su tierra. Y cómo, casi a
diario también, sigue habiendo quien se levanta
por motivos bastante más serios que un par de folios escritos con
rotulador. Y eso Feliciana lo respeta y le produce un sentimiento de
profunda solidaridad. Y una tristeza que estos días, mascando las
palabras... y escribiéndolas, y tachándolas y reescribiéndolas... apenas
es capaz de expresar.
jueves, 27 de noviembre de 2014
Laboratorio Iberoamericano de Innovación Ciudadana
StandardSuperados los efectos más severos del jet lag y ya lejanos los temores de Desesperación Fernández, esta mañana Feliciana Regaliz le ha propuesto un break a otra de sus hermanas, Mari Perfección, para contar cómo han transcurrido los cuatro primeros días del Laboratorio Iberoamericano de Innovación Ciudadana, en el que estará tomando parte hasta el próximo 5 de diciembre.
martes, 18 de noviembre de 2014
Feliciana Regaliz vs. Desperación Fernández
Standard
A Desesperación
Fernández le quita el sueño que los funcionarios de aduanas
mexicanos le pidan demasiados papeles y explicaciones, se pongan
cabrones y la facturen de vuelta a su ciudad, que es Bilbao.
A Desesperación
Fernández le alarman el dengue y el Chikungunya, otra enfermedad
vírica presente en Guatemala, según el MAEC.
Desesperación Fernández
permanece atenta a la evolución de Vance y duda si este año la temporada de huracanes en el Caribe se
alargará más de lo normal.
Desesperación Fernández
echa cálculos y se estresa por si se lía en el Charles de Gaulle y
pierde el vuelo internacional, un miedo que la invade cada vez que
pisa un aeropuerto.
A Desesperación
Fernández, como viajera solitaria e independiente, le aterra verse
envuelta en secuestros exprés, atracos, asaltos en carretera,
agresiones sexuales y cualquier otra manifestación de violencia
fruto de la desigualdad social y el machismo.
A Desesperación
Fernández le preocupa que alguna de las cinco placas tectónicas que según parece interactúan en México le de por ponerse bailonga
y se le caiga algún techo encima.
A Desesperación
Fernández estos días le cuesta mantenerse en el presente y, como
dice Txema, disfrutar de la preparación como parte del viaje que
está a punto de emprender.
Desesperación Fernández
suspira y se pregunta cómo les irá a sus plantas en su ausencia y
si encontrará arreglada la humedad que ha salido en el pasillo y que
se extiende sin piedad por la pared.
Feliciana Regaliz se va
un mes a México invitada por Ciudadanía 2.0 y planea aprovechar
para visitar a Miri en Quetzaltenango, Guatemala. Procurará contar
por aquí sus aventuras pero, entre tanto... le toca lidiar con
Desesperación Fernández!!!
miércoles, 12 de noviembre de 2014
BLV-art'14 Arty Walks
Standard
Feliciana se dio cuenta
hace algún tiempo (ya hablaremos de ello más adelante) que las casualidades no existen, y que la vida
pone en nuestro camino señales, algunas pequeñas y otras más
grandes. Cuando suelta una de estas perlas Feliciana se ríe,
consciente de que la frase parece sacada de un consultorio
astrológico de revista. Pero añade para quien esté dispuesto a
oírlo que de permanecer atento a ellas (y no llevarles la contraria)
depende que circulemos de un modo fluido... o nos andemos tropezando
con cada piedra que nos sale al paso.
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